Aprender
historia no se reduce a incorporar
información, sino a pensar la realidad
en términos temporales, es decir,
reconstruir los escenarios sociales pasados para reflexionar y dotar de
significado nuestro presente, a la luz de las complejidad que permanencias,
cambios, rupturas y continuidades que
se nos revelan al ejercitar este tipo de este pensamiento .
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Para abordar La Historia
social argentina y latinoamericana, conviene precisar algunos conceptos sobre
la Historia propiamente dicha y sobre la
especificidad de lo latinoamericano y argentino.
Uno de los conceptos básicos de nuestra disciplina es
el de Proceso histórico.El concepto de proceso histórico se refiere a todas las acciones de los hombres pasadas y presentes que constituyen una totalidad compleja y en permanente cambio.
Un propósito fundamental de nuestro
espacio curricular es ofrecerle herramientas para que pueda indagar
en perspectiva social, sobre el modo en se fue constituyendo este país que llamamos
Argentina.Este proceso,dicho sea de paso, fue un largo camino de construcción, cuya característica fundamental es la profunda
relación, fundada a través del vínculo histórico, con el resto de los pueblos Latinoamericanos.
Para acercarnos a
esta compleja tarea, es necesario que, metodológicamente, se proponga un
esquema, una periodización, que dé cuenta de los procesos comunes de la
historia latinoamericana.
Cuando un historiador elige una determinada
periodización está adoptando un criterio
de selección y organización de contenidos que implica su propio punto de vista
sobre el pasado y el presente de la
sociedad que eligió estudiar. Al periodizar, pueden privilegiarse los acontecimientos político- institucional
(como los manuales tradicionales), los grandes hitos económicos o los acontecimientos sociales.
Estos últimos no ocurren
exactamente en un año, pero hay algunas fechas que tienen un alto valor simbólico porque en ellas coinciden cambios políticos y económicos que tuvieron
gran impacto en la sociedad.
Entonces: la noción
de período, en sentido estricto, se refiere a un corte en el tiempo, a momentos
a los que los historiadores le adjudican un principio y un final
más o menos precisos.
Dentro de un
período podemos ubicar determinados
sucesos o acontecimientos a los que por su importancia se les atribuye
el carácter de históricos. Nuestro eje, está relacionado evidentemente con la perspectiva social.
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Sin embargo, estos
acontecimientos agrupados por la sola idea de que ocurrieron entre una y otra
fecha, no constituyen de por sí un
proceso histórico. Para que alcancen tal dimensión debe ser algo más que datos
en una línea de tiempo. Estos acontecimientos formarán parte de un proceso histórico cuando podamos establecer entre
ellos una mutua interrelación.
En general se puede decir que para llegar a las
explicaciones históricas no se necesitan todos los datos, sino sólo aquellos
que se relacionan al problema que interesa o la pregunta que va a responder
el historiador.
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Apoyados en ello, se ha considerado que, para
favorecer la mirada comprensiva de la historia latinoamericana, se considerará,
como base, una periodización del caso argentino, desde el cual, es factible
trazar paralelismos con los procesos del continente, pues es esta una de las especificidades
de lo Americano: desde los tiempos de dominación colonial española, el
derrotero seguido por los países latinoamericanos es en alto grado coincidente.
Así, emprenderemos
un camino de aprendizaje que transitará en particular la historia Argentina,
pero sin dejar de lado el correlato latinoamericano.